Dos años después

¿En serio desde el 2014? Vaya liada. Pensé que nunca volvería a escribir y aquí estoy. Más de dos años después, con la misma hoja en blanco y sin saber por dónde empezar. Bueno, reconozco que he hecho el intento en varias ocasiones, pero he desistido por el camino.


Todo este tiempo ha dado para mucho. Demasiado incluso me aventuraría a decir. Creo que, a estas alturas, hacer un pequeño repaso está de más y, sobre todo, porque esto se ha convertido en Crónica de una muerte anunciada constantemente.

He perdido esa facilidad que tenía para escribir. Lo sé, lo noto y el hecho de ordenar ideas me da una pereza impresionante. Supongo que es cuestión de tiempo que vuelva a tener esa fluidez que antes funcionaba como válvula de escape.

Todo comenzó por hacer oídos sordos. El “te vas a caer” dejó de tener sentido en el mismo momento en el que decidí ponerme el arnés y salté al vacío desde aquel puente.

El “ya sabes cómo termina”, “cuidado”, “nada de esto es necesario” y el sinfín de frases que escuché entraban y salían de mí como si no tuviesen sentido en mi mente. Aunque realmente, daba igual todo porque conocía bien el final.

Simplemente, no quise escuchar. No, no lo hice y tampoco me arrepiento. Era feliz y hacía tanto tiempo que no me sentía tan bien que nunca pensé en daños. Aquella era una posibilidad que se veía tan lejana que era casi absurda.

Así que ni corta ni perezosa, decidí fluir sin darme cuenta que tarde o temprano las cosas tomarían otro carácter aderezado con una peculiar herencia de años de inseguridades. Entretenido, ¿verdad? No quiero ni recordarlo.

Creo que nunca dejé de ser una kamikaze en este tipo de cuestiones y seguramente, lo volveré a hacer. Pero más allá de todo esto, a veces, estoy en paz y sonrío recordando lo electrificante que ha sido poder respirar a pleno pulmón.

He hiperventilado tantas veces que no puedo negar que haya sido divertido. He descubierto una parte de mí adormecida durante años, he sentido un costilleo en los dedos que me emociona incluso a día de hoy cuando lo recuerdo y he recuperado algo importantísimo que había perdido.

Así que si hago un balance de mi año 2016, ha sido una auténtica ruina con su propio encanto. Porque su atractivo ha tenido aunque a veces, haya costado verlo.

Llegué a Madrid tan desubicada que aún recuerdo los días que jugueteaba con la agenda intentando adivinar quién podría quedar conmigo. Vivía en una casa que me asfixiaba, en un barrio que no terminaba de encajar conmigo y frustrada en el trabajo como nunca lo había estado.

Apática con todo y en un caos difícil de manejar tras una ruptura que aún estaba en el aire. Sí, mi vida era una auténtica mierda este último año.

Pero entre todo ese caos, aparece alguien que te besa en la frente, te sonríe mirándote a los ojos y te enseña a disfrutar de cada uno de los semáforos en rojo que tienen las calles de Madrid.

Dime ahora cómo aprendes a vivir sin eso.

Phantotheque - feat Nawja - Mendetz

Escrito en , . Guardar el enlace permanente. RSS feed para esta entrada.

Buscador

Swedish Greys diseñado por Nordic Themepark y modificado por Marta Cañizares para "La niña de las sombras".