La temperatura exacta

Lejos estaba de poder quedarme seca. Sí, seca. El simple hecho de pensar en esa palabra me resultaba ya de por si embriagador. ¡Qué suerte tenían las pasas o incluso, un maldito trozo de mojama!


Sólo sé que deseaba estarlo. Vacía y hueca como una de esas matrioskas que esconden a sus hermanas pequeñas. Yo quería permanecer inerte para no sentirme tan desbordada. Miraba mis manos y las sentía frías por fuera, calientes por dentro. ¿Por qué? ¿Acaso era posible que temperaturas tan distantes viviesen en armonía?

Tenía la sensación de que podría drenarme una y otra vez con el único objetivo de sacar de mi los centenares de litros de interrogantes que aderezaba con otras historias mientras me pegaba como un imán a la nevera.

Lo gracioso es que abrazada a aquel cuerpo blanco y frío, sentía paz. Aseguraría que podría congelar todas mis preguntas y sobre todo, me congelaría a mi. Últimamente, sólo recibía avisos y recuerdos en forma de chispazos al tocar a personas u objetos. Supongo que tanto calambre me hacía hecho recordar que la mayoría del tiempo, sólo era la masa.

¿Había vuelto para quedarme? ¿Con ésto sería más que suficiente? Conocía la respuesta. Conocía el final. La historia era un cuento viejo que había oído muchas veces. Ya no causaba furor y mucho menos, era algo que fuese a dejar crecer entre hortigas.

Dan Croll – From Nowhere

Escrito en , . Guardar el enlace permanente. RSS feed para esta entrada.

Buscador

Swedish Greys diseñado por Nordic Themepark y modificado por Marta Cañizares para "La niña de las sombras".