Los viajes comienzan o terminan en el preciso instante en que se pisa un aeropuerto. Es una sensación, a veces, indescriptible y difícil de analizar.
Algo en ti crece o marchita con un ímpetu a veces que roza lo irreal. Un sentimiento, una ilusión o un regusto en el paladar como lo hacen los vinos. Ya sea para bien o para mal.
En los aeropuertos hay un rollito raro. Miradas furtivas a doquier. Todo el mundo vive con un estado de euforia y sueño infernal a partes casi iguales pero nadie se queja del madrugón que acaba de meterse para el cuerpo.
La gran mayoría vagabundea, hace la rosca en cualquier sitio como un sin techo y surge el miedo a que te roben la maleta. Entre todos, se retroalimenta lo que he llamado "síndrome del troll" (de ahí, deriva 'trolley' y el mal gusto de éstas seguramente).
También, hay hueco para el amor o más bien, el ansiado sexo de furtiveo. ¿Cómo? Sí, de esos amores peliculeros que todo el mundo ha soñado tener en algún momento de su vida en una estación. De los que empotran, desnudan con furia y se cuenta a los nietos.
Son como esas situaciones de sexo del bueno que te dejan embobado y en estado de estupidez constante. Sin embargo, en aeopuertos puntua doble y además, es anestesia pura cuando Ryan Air te obliga a facturar y pagar 50 euros. Comprobado, felicidad total.
Es imposible negar esas ganas por tener sexo con las largas esperas que siempre hay de por medio. Porque viajar en avión es otra categoría. Da igual que tu billete haya sido impreso con la tinta de tu propia impresora porque aún así, se pertenece a esa élite. Sí, incluso habiendo ahorrado con una impresión en blanco y negro.
Se pierde un AVE a Jerez de la Frontera o un autobús a Badalona y nadie pone el grito en el cielo. Se pierde o se cancela un vuelo y sale el orcogitaneo que llevamos dentro, clamamos venganza y llevaríamos a la horca a cualquier pobre trabajador.
Los aviones motivan y mucho. Sacan lo mejor y lo peor de cada uno. Muchos y muchas desfilan, ¿por qué? No se sabe, pero atrás quedó eso de viajar cómodo. El taconazo no ha pasado de moda. Aunque horteras hay en todos lados. Cuidado.
Willy Naves – Canción Feliz para Chicos Tristes
Algo en ti crece o marchita con un ímpetu a veces que roza lo irreal. Un sentimiento, una ilusión o un regusto en el paladar como lo hacen los vinos. Ya sea para bien o para mal.
En los aeropuertos hay un rollito raro. Miradas furtivas a doquier. Todo el mundo vive con un estado de euforia y sueño infernal a partes casi iguales pero nadie se queja del madrugón que acaba de meterse para el cuerpo.
La gran mayoría vagabundea, hace la rosca en cualquier sitio como un sin techo y surge el miedo a que te roben la maleta. Entre todos, se retroalimenta lo que he llamado "síndrome del troll" (de ahí, deriva 'trolley' y el mal gusto de éstas seguramente).
También, hay hueco para el amor o más bien, el ansiado sexo de furtiveo. ¿Cómo? Sí, de esos amores peliculeros que todo el mundo ha soñado tener en algún momento de su vida en una estación. De los que empotran, desnudan con furia y se cuenta a los nietos.
Son como esas situaciones de sexo del bueno que te dejan embobado y en estado de estupidez constante. Sin embargo, en aeopuertos puntua doble y además, es anestesia pura cuando Ryan Air te obliga a facturar y pagar 50 euros. Comprobado, felicidad total.
Es imposible negar esas ganas por tener sexo con las largas esperas que siempre hay de por medio. Porque viajar en avión es otra categoría. Da igual que tu billete haya sido impreso con la tinta de tu propia impresora porque aún así, se pertenece a esa élite. Sí, incluso habiendo ahorrado con una impresión en blanco y negro.
Se pierde un AVE a Jerez de la Frontera o un autobús a Badalona y nadie pone el grito en el cielo. Se pierde o se cancela un vuelo y sale el orcogitaneo que llevamos dentro, clamamos venganza y llevaríamos a la horca a cualquier pobre trabajador.
Los aviones motivan y mucho. Sacan lo mejor y lo peor de cada uno. Muchos y muchas desfilan, ¿por qué? No se sabe, pero atrás quedó eso de viajar cómodo. El taconazo no ha pasado de moda. Aunque horteras hay en todos lados. Cuidado.
Willy Naves – Canción Feliz para Chicos Tristes
One Response to Aeropuertos, sexo y postureos
Todo lo vinculado a los viajes siempre me ha gustado y por eso trato de disfutar mucho sobre ello cada vez que tengo la oportunidad. Con Lan Argentina suelo llegar a distintas partes del mundo siempre a un gran precio
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